Reflexiones sobre la sexualidad femenina desde el punto de vista de una estudiante.
Por Camila Ustaris Páez (curso 1002)
La forma en que se juzga la vida sexual de una mujer puede estar influenciada por una serie de
factores sociales, culturales y de género. Estas actitudes y prejuicios pueden variar según las
diferentes sociedades y culturas, siendo así que la mujer llega al punto de cohibir se ante su vida
gracias a estas creencias. Ahora bien no hay que excusar la violencia indirecta / directa hacia la
mujer solo por decir que es cultura, si bien hay diferentes tipos de culturas, creencias y
sociedades la mujer y si vida sexual no pueden pertenecer a ellas, ya que la mujer a pesar de ser
visto como el ser sumiso, también tiene derecho a ser vista como individuo de independencia,
libertad y poder… Al igual que el hombre.
Hablando históricamente, en muchas sociedades, ha existido una doble moral en relación a la
sexualidad de la mujer, donde se espera que ellas sean más reservadas y castas en comparación
con los hombres ya que ellos son los que “mandan”. Esto puede deberse a percepciones
arraigadas de la sexualidad femenina como algo peligroso o impuro, así como a la persistencia de
estereotipos de género y roles tradicionales. La mujer no puede ser feliz ni libre porque se le
llama libertina en cambio los hombres si puedes hacer lo que quieran porque es el sexo fuerte, la
mujer en mil sentidos es mal vista en la sociedad solo por el simple hecho de querer tomar
riendas de su cuerpo, el cuerpo el cual ella debe controlar y no ser títere de los demás.
Además, existe una tendencia a juzgar y controlar la sexualidad de las mujeres debido a
conceptos de propiedad y control sobre sus cuerpos, sus mentes... Esto se ve reflejado en la
objetificación sexual y la cosificación de las mujeres, donde su valor se reduce a su apariencia
física y su capacidad de satisfacer a los demás. Es decir, cuando la mujer quiere ser una mujer
libre los demás hasta su mismo género la tratan de controlar, pero cuando otro individuo quiere
que esta mujer lo satisfaga, la mujer tiene que hacerlo ¿por qué? “Porqué las mujeres siempre
tienen que satisfacer a los demás, son un tipo de servicio y un objeto sexual”.
Es importante destacar que estos prejuicios y estigmas no son justos ni equitativos, ya que cada
individuo debería tener el derecho de vivir su vida sexual de acuerdo a sus propios deseos y
decisiones, siempre y cuando sea consensuado y respetando los límites de los demás.
Es fundamental promover la igualdad de género y trabajar hacia una sociedad donde la vida
sexual de las mujeres no sea sujeto de juzgamiento o estigmatización, sino que sea ejercida con
libertad, seguridad y autonomía, que las demás personas vean a la mujer como un individuo libre
y capaz más no como un objeto débil y sumiso.
La vida sexual de una mujer, según la sociedad patriarcal, a menudo se ve reducida a servir placer
y satisfacción sexual de los hombres. También puede ser vista como una forma de procreación y
mantener la línea familiar, “las mujeres solo sirven para tener hijos”, es la frase que nos
acompaña a muchos seres, la frase la cual nos han fomentando sin pensar en que queremos
realmente, en lo personal la mujer es libre de decidir si tener hijos o no y no es solo una opinión
personal sino que también muchas de nosotras han luchado con sudor para lograr que no nos vean
como un objeto sumiso, luchar para tener decisión propia de nuestro cuerpos, como lo es el poder
abortar sin que seas juzgada.
Sin embargo, es importante destacar que esta visión limitada y objetificadora de la sexualidad de
las mujeres no refleja la realidad de la diversidad y complejidad de las experiencias sexuales
femeninas.
La mujer sigue siendo un tema de debate porque a lo largo de la historia ha existido una lucha por
la igualdad de género y el reconocimiento de los derechos de las mujeres y aunque muchas veces
no nos han escuchado hemos logrado grandes pasos hacia una vida con libertad, como lo es el
aborto, el aborto se ha legalizado en muchos países pero lastimosamente no en todos, y en
muchos países que está legalizado necesitan una razón especifica para ceder al aborto.
Además, existen diferentes perspectivas y opiniones sobre el papel de la mujer en la sociedad, su
participación en el ámbito laboral, político y familiar, así como sobre los estereotipos de género.
La mayoría de estas perspectivas no son nada agradable ante la mujer, ya que muchas opiniones
degradan a la mujer, a su cuerpo, a su mente y a su ser ya que quieren controlarlas pero no le dan
su verdadero lugar.
El porcentaje del machismo dentro de la sociedad es un tema complejo de cuantificar, ya que se
basa en actitudes y creencias sociales que pueden variar en diferentes contextos y en diferentes
culturas. Pero si se sabe que si se reúnen 10 hombres y 10 mujeres a hablar sobre la mujer y su
libertad incomoda ante la sociedad, 9 hombres y 6 mujeres estarían en contra de que la libertad se
pueda reflejar en un individuo femenino, esto se debe a la educación que reciben, si, culpo a la
educación, culpo a la educación de que un hombre visualice a una mujer como débil, sumisa y
inservible y culpo a la educación porque no les da la suficiente información a una mujer para
poder decir que son libres y a que tienen derecho, a saberse valorar y respetar ante la sociedad
puerca en la que vivimos. Si esa sociedad en donde una niña de 5 años dice que va a ser mamá y
no que va a querer estudiar, una niña que juega a la mamá cocinando y no a la doctora o
veterinaria, haciéndonos entender que la culpa no es de esa niña, la culpa es de quien la rodea,
que le hace creer que debe estar en la cocina y no en una oficina.
Las actitudes machistas son un reflejo de la discriminación de género y la desigualdad en la
sociedad. Aunque no existen datos precisos sobre el porcentaje exacto de machismo en la
sociedad, los estudios y encuestas a nivel mundial han demostrado que existe una prevalencia
significativa de actitudes y comportamientos machistas en diferentes grados en distintas
sociedades, la cuales no solo afectan a las mujeres ya adultas y capaces de valerse por si mismas
sino que están afectando a seres indefensos como son las niñas, las cuales están creciendo en un
ambiente lleno “debes tener muchos bebés y si llegas a tener un esposo cuando seas grande tienes
que cuidarlo y tratarlo bien” es hora de revelarnos, es hora de dejar de ceder a que nuestras
nuevas generaciones sean mamás por presión social y no por gusto.
Es importante tener en cuenta que el machismo no se limita a una única región del mundo o a una
cultura específica, sino que puede estar presente en diferentes grados en diferentes lugares,
impactando en diversos aspectos de la vida social y personal, debemos tener en cuenta que
siempre salimos hay un hombre viendo a la mujer como un objeto social, debemos asimilar que
sin importar a donde vayamos estará ese tipo de persona, pero tenemos que cambiar eso, hay que
asimilarlo pero hay que cambiarlo, no bajemos la cabeza ante está sociedad patriarcal, sigamos
luchando, ¡lo necesitamos! y para abordar y reducir el machismo en la sociedad, es fundamental
trabajar en la educación, promover la igualdad de género, cuestionar y desafiar los roles de
género tradicionales, así como promover la participación y empoderamiento de las mujeres en
todos los ámbitos de la sociedad.